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1 de agosto de 2011

No te pre-ocupes, ocúpate


Casi toda nuestra vida la pasamos pre-ocupados, pre-ocupados por todo lo que pasa, por el trabajo, por el mañana, por la comida, por los amigos, por la familia, por los hijos, en fin la lista nunca terminaría.

La pre-ocupación es un estado emocional y psicológico que acaba con las personas, las enferma, destruye su apariencia, destruye sus oportunidades, destruye la sensación de seguridad, limita todo lo que podemos hacer ya que nuestro cerebro funciona con una visión limitada. Si quieres aprender más sobre sus efectos observa lo que causa en ti, y te darás cuenta con qué frecuencia te quita la atención.

La pre-ocupación es un estado de ocupación previa, es masticar los problemas, las situaciones antes de que ocurran. Es vivir en el futuro antes de que este llegue a tu puerta. Algo que me permitió manejar mejor esta ansiedad y miedo al futuro que nos mantiene preocupados, fue algo que escuché en un seminario: "Antes de preocuparte, ocúpate", ocúpate en aquello que puedes controlar, ocúpate en aquello que puedes manejar, ocúpate en lo que puedes hacer ahora, esto fue increíble y me permitió relajar un poco más la tensión, pero debo admitir que la pre-ocupación es algo que viene frecuentemente y puede destruirnos en un instante, porque  consume toda nuestra energía, esa energía que necesitamos para hacer que las cosas pasen.

La felicidad normalmente se ve destruida por la  pre-ocupación  esta te aleja de la simpleza de la vida, destruye tu salud y hace que tu cuerpo se derrumbe literalmente. Pero sabes... si observas tu vida ya te habrás dado cuenta que tienes una fuerza inmensa que te ha permitido recorrer el camino hasta donde estas ahora, puedes recurrir a esa fuerza siempre que lo desees, puedes hallarla en la sonrisa, cuando te dejas llevar y simplemente dices, no hay problema, esto se puede arreglar.

Una fórmula adicional para manejar la pre-ocupación está en  lo que Dale Carnegie dice: Cuando estés preocupado piensa en, ¿qué es lo peor que podría suceder?, luego haz que tu mente se prepare a aceptar lo peor si es necesario, pues cuando aceptas lo peor ya no hay nada que perder. Una vez hecho esto, usa toda tu energía para mejorar lo peor. Pruébalo y verás  cómo tu mente se llena de energía y claridad. Cuando aprendes a aceptar lo peor, ocurre algo maravilloso, en ese instante dejas de pre-ocuparte y comienzas a ocuparte y las cosas empiezan a suceder de una forma que jamás te hubieras imaginado antes.

Te pido que hagas un ejercicio, pon toda tu energía en ello:  "Por un minuto, escucha con la totalidad de tu ser, escucha cada ruido, cada palabra, cada sonido que esté ocurriendo en ese instante, amplía tu audición hasta el límite, al mismo tiempo mira todo lo que tu vista pueda abarcar, sin restringir, sin limitar, al mismo tiempo siente con todo tu cuerpo, siente la temperatura que te rodea, reconoce todas las sensaciones que vienen a través de todo tu cuerpo, al mismo tiempo respira profundamente y siente todos los aromas posibles, degusta cada cosa que entre en tu boca, hazlo todo al mismo tiempo y verás la tremenda energía que se necesita para hacerlo, pero si por un instante lo logras sentirás como una sensación de paz viene a ti. Es una sensación de libertad, es una sensación de crecimiento, es una sensación de totalidad. Tu mente se ocupó en lo verdaderamente importante, vivir este instante!!
Carlos Arteaga